"Somos instrumentos de viento, seres vibrantes de luz, que pulsan la energía en cada instante, y expanden el universo infinito que llevamos dentro".

El canto es un vehículo maravilloso para sentir dicho pulso, esa vibración-resonante priscina que anida en nuestro interior, pues en el camino de aprendizaje del instrumento nuestra voz, partimos buscando algo que está en nuestro interior,  vamos abriendo puertas que nos llevan a encontrar nuestro sonido original "priscino", la voz auténtica, si el camino se traza desde la honestidad y la entrega a cada paso nos encontramos con la auténtica voz que brota de nosotros y que está en todos. El canto nos ayuda a conectar con nosotros mismo "el si mismo"y con el todo.  La voz se sirve de nuestro cuerpo para emanar. Además en el proceso uno aprende a escuchar y procesar con atención viva e intención y suceden  infinitas cosas  más que se encuentran en el camino haciéndonos y naciéndonos conscientes  de nuestra voz "firma distintiva universal", el timbre, propio-único y a la vez compartido en cada paso. Cuando cantamos pulsamos el sonido, este al pasar por el contenedor "el cuerpo" emerge  transformado, entonces entregados al servicio de la música  establecemos vínculos con el mundo invisible y visible "holístico" el todo, regalándonos ese tesoro y si hay suerte regalándolo al público, entregamos ese pulso. Es un acto de amor inmenso. Por ello venga a cantar.